febrero 18, 2013

YOANI SÁNCHEZ: UN VIEJO VIAJE


La novela de Manuel Pereira 'viaja' en las manos de Yoani Sánchez (Especial).
CIUDAD DE MÉXICO (CNNMéxico) — La bloguera cubana Yoani Sánchez no salió sola de Cuba. Según informó a través de su cuenta de Twitter, la acompaña Un viejo viaje (Textofilia. Ciudad de México, 2012), libro del escritor y periodista cubano Manuel Pereira. 
La autora del blog Generación Y compartió una foto de la portada del libro y usó en algunos de sus tuits sobre el viaje, que inició este fin de semana, el hashtag #MiViejoViaje, en alusión a la novela de su compatriota.
El protagonista de la novela es Lucio Gaitán, un cubano que ha tenido la posibilidad de salir de su país en varias ocasiones. Al inicio de la historia, está en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, con el dilema de regresar a su país o quedarse en España y renunciar a la posibilidad de volver.
“Yoani puede tener todavía algunas razones para regresar a Cuba. Deja atrás a su hijo, Teo; a su esposo, Reinaldo Escobar y a su mamá. Tiene motivos para volver pero la tentación de quedarse en el capitalismo, en las ciudades llenas de luz, agua, Internet, puede hacerla titubear”, dice Manuel Pereira a CNNMéxico desde su casa en la Ciudad de México.
“En mi novela Lucio Gaitán está en una encrucijada. En ese momento tiene dos opciones: regresar a Cuba o quedarse en España. Tiene enfrente un camino bifurcado, una 'Y'. El dilema de Yoani se resume también en la letra Y, la misma que le da nombre a su blog”.
Yoani explica en su blog que la inicial de su nombre es la que le dio origen al nombreGeneración Y, pero además está dedicado a todos aquellos cubanos cuyo nombre también inicia con la “i griega” y que hayan nacido en las décadas de 1970 y 80. 

El primer encuentro
Manuel y Yoani se conocen desde hace más de 10 años, pero no en persona. Todo ha sido a través de correos electrónicos y llamadas telefónicas.
El esposo de Yoani, Reinaldo Escobar, es amigo de Manuel desde la juventud. A mediados de la década de 1990, Reinaldo le contó a través de una carta que había conocido a una mujer, estudiante de filología, con la que ahora se encontraba saliendo. Ahí fue la primera vez que Manuel leyó el nombre Yoani.
Fue hasta el 2002 cuando el internet les permitió comunicarse de manera directa a través de un correo electrónico. Desde entonces dice que se comunica frecuentemente con Yoani y Reinaldo, pero ella se convirtió en su principal fuente de información en Cuba.
A Yoani y a Manuel los separa además de la distancia geográfica, unos 30 años de diferencia. Provienen de generaciones completamente distintas. 
“Yo no conozco a ningún cubano o cubana de su edad. Todos mis amigos ya son viejos, yo me voy a morir entre viejos. Por eso me interesa su generación, porque son el futuro de Cuba, es casi como conocer a alguien del futuro”.
Manuel no tiene nada preparado para su encuentro con Yoani cuando ella visite México en marzo próximo. Dice que la abrazará y espera que ese abrazo llegue hasta Cuba para su amigo Reinaldo, que no ve desde 1991.

Lectura de aeropuertos
Un viejo viaje es para leerse en el avión, el aeropuerto. Es un libro de viajes”, remarca Manuel. “Para mi es un honor que sea el libro que está leyendo, o quizá releyendo. Como ella está haciendo también un viaje que le han negado muchas veces, pues es también su viejo viaje”.
A Manuel Pereira le gustaba leer en los aviones cuando era joven, porque son "tiempo muerto". El autor hace referencia al poeta José Lezama Lima, su maestro, quien decía que viajar en avión no es viajar, porque el avión es una especie de castigo en un espacio tan reducido.
Yoani Sánchez, que ha recibido varios reconocimientos internacionales sin que pudiera salir de la isla a recibirlos, apenas comienza un periplo de 80 días en los que planea visitar Europa, México, Perú y Estados Unidos, además de Brasil, en donde está ahora.
En cambio, Manuel Pereira ya está cansado de viajar. Tampoco tiene en mente qué libro leería la próxima vez que pise un avión. “Leí de todo en los aviones, desde Platón hasta la Biblia. Ahora ya no me interesa viajar, conozco muchos lugares y el mundo ya está dentro de mi. Eso es el viejo viaje”.

(*) Noticia y entrevista de CNN México. Tomada de su portal en internet: http://mexico.cnn.com/entretenimiento/2013/02/19/yoani-sanchez-lee-durante-su-viaje-una-novela-sobre-el-exilio. Nosotros hemos agregado la fotografía del tweet de Yoani Sánchez. 

ENTREVISTA A YOANI SÁNCHEZ



YOANI SÁNCHEZ: LA BLOGUERA DE LA LIBERTAD
A PROPÓSITO DE SU VIAJE DE 80 DÍAS POR EL MUNDO
Por Manuel Pereira


La bloguera cubana Yoani Sánchez fue nombrada recientemente "Héroe de la libertad de prensa en el mundo" por el Instituto Internacional de la Prensa (IPI) y, poco después, ganó el Premio Príncipe Claus.
Esta joven filóloga, residente en La Habana, ya había recibido, entre otros, el Premio de Periodismo Digital Ortega y Gasset. En el 2008 fue elegida por la revista TIME una de “las cien personalidades más influyentes del mundo”, y su blog “Generación Y” fue distinguido, por esa misma revista, como uno de los 25 mejores del mundo. En noviembre de 2009, el Presidente norteamericano Barack Obama respondió a un cuestionario que ella le dirigió a través de Internet: siete preguntas y respuestas que le dieron la vuelta al mundo.
En un país como Cuba, donde los medios de comunicación son propiedad del gobierno, ella es la otra cara de la “verdad” oficial. Día tras día, Yoani cuenta en su blog lo que la propaganda disfrazada de periodismo calla, tergiversa o edulcora. Ella nos revela, en sus más mínimos detalles, el lado oculto de la realidad.
Gracias a las más avanzadas tecnologías Yoani ha logrado romper los muros de la censura vigente en ese museo -o mausoleo- de la Guerra Fría que es Cuba. Por eso la odian tanto en los círculos oficiales, por eso incluso ha sido víctima de atropellos físicos, insultos y arrestos arbitrarios.
Valiente y frágil muchacha que informa más y mejor que cualquier agencia de prensa internacional radicada en La Habana. Sin perder la calidad de su escritura, sus textos describen las penurias cotidianas de la población, son una denuncia a favor de la libertad de expresión y proclaman el derecho de cualquier ciudadano a disentir del pensamiento oficial.

- Ante todo, Yoani, quiero felicitarte doblemente: por los 35 abriles que acabas de cumplir y por tan merecidos premios. Ahora cuéntame cómo empieza un día cualquiera de tu vida -le pregunto en una llamada de larga distancia desde México.
-Todos mis días son diferentes, tal vez porque la realidad cubana no permite una rutina. Esto es un delirio, es como en tu libro La quinta nave de los locos. Desde pequeña estoy acostumbrada a levantarme a las 6 de la mañana. Además, tengo que hacerlo porque tenemos que despertar a mi hijo para que llegue a tiempo a la escuela. Me pongo frente al televisor y me disparo el noticiero nacional, donde uno no se entera de nada, pero por profesionalismo periodístico lo veo de todas maneras. Ese es el momento mágico del día, cuando mi esposo (el también periodista digital Reinaldo Escobar), mi hijo Teo y yo nos sentamos a desayunar. Estamos los tres frente al sol, pues este edificio prefabricado yugoslavo está orientado en esa posición, así que el sol entra por el balcón y nos descubre en nuestra mesa desayunando. Después de eso, bajo a la calle, puedo estar dos horas en una cola para comprar malanga, o bien doy clases de español desde las 9 hasta las doce del día. De eso vivo hace años, al principio empezó Reinaldo con las clases a turistas alemanes, y luego los dos empezamos a dar repasos de español a estudiantes cubanos, aunque debo decirte que después de que empezó a salir mi blog, algunos han cogido miedo y no han venido más...
- Ustedes viven en un edificio bastante alto, en el último piso, que es el catorce...  ¿Cómo se las arreglan cuando hay interrupciones de suministro de agua?
-Eso es angustioso, para que tengas una idea: hace un año hicimos una remodelación en la cocina que estaba desastrosa, y tuvimos que fundir una meseta nueva. Para hacer la mezcla con cemento, poner las cabillas y todo eso, tuvimos que usar agua de la pecera... le pedimos prestada un poco de agua a los peces... Cuando no hay agua, tenemos que cargar cubos escaleras arriba, catorce pisos, y en ocasiones... simplemente ahorramos, somos faquires, y no nos bañamos durante algunos días (risas).
- ¿Qué ocurre cuando se rompe el elevador?
-Este edificio se inauguró en el año 1985, los ascensores originales eran soviéticos, y eran una calamidad. No hace mucho los cambiaron por otros rusos. Hay una diferencia importante entre la tecnología “soviética” y la “rusa”. Estos rusos son un poco más estables, se rompen con menos frecuencia, aunque eso es también gracias a que Reinaldo los repara y les da mantenimiento.
- ¿Qué haces cuando hay cortes de luz?
-En los últimos dos años han disminuido los apagones, de todas maneras aquí no puedes contar siempre con electricidad... Parece que las autoridades se han dado cuenta de que hay una relación entre los cortes eléctricos y la insatisfacción popular, así que han tratado de que los apagones no se repitan tanto como antes.
- Algo tan sencillo para cualquier ciudadano del mundo civilizado como es encender la computadora en su casa y conectarse a Internet, para ti es una hazaña cotidiana. Cuéntame cómo haces para conectarte a Internet.
-No tengo Internet en la casa, yo me conecto en los hoteles. Al principio entraba en los hoteles mascullando palabras en inglés o en alemán, haciéndome pasar por extranjera. Después Raúl Castro autorizó que los cubanos entraran y se alojaran en hoteles. Así que aproveché esa nueva circunstancia, y ahora puedo entrar sin tener que fingir que soy turista... Claro, siempre hay operativos de la policía secreta a mi alrededor, informantes que me miran con insistencia o se hacen señales entre ellos. Esos agentes de seguridad no se acercan más a mí por cuestiones de visibilidad, no les conviene provocar un escándalo en medio de tantos huéspedes extranjeros. Por lo demás, yo no tengo nada que ocultar, no tengo armas escondidas en mi casa, ni nada, yo soy transparente, yo entro en los hoteles sin recurrir a camuflajes, yo soy Yoani y escribo un blog... Siempre ejercen cierta presión, pero de ahí no pasan.
- ¿Entras todos los días en Internet?
-¡Ojalá! Toma en cuenta que una hora de conexión a Internet en un hotel, o en un cibercafé, cuesta el tercio del salario normal promedio. Entro una vez a la semana, a veces tardo hasta quince días en conectarme. Yo escribo previamente mis crónicas en casa, y lo llevo todo ya en cuartillas al hotel. Entonces me siento allí frente a la computadora y envío todo eso por correo electrónico. Yo no navego por las páginas. Mando mis textos a comentaristas y traductores de mi blog, y ellos se dedican a publicarlo por mí con una frecuencia y organización que le da vida al blog. Eso pudiera dar la sensación de que yo estoy todos los días en Internet, pero no es así, mis amigos van ordenando el material y van dándole una secuencia. Ahora bien, eso ha cambiado mucho desde agosto del año pasado cuando apareció una milagrosa herramienta llamada twitter y eso me trajo una inmediatez. El twitter es una bendición, ahora emito mensajes inmediatos, no sólo 140 caracteres, sino también imágenes, y... ¡sorpresa desde hace dos semanas!... ahora también puedo emitir audio. Si los cubanos hemos sido capaces de hacer un bistec con cáscara de toronja, si hemos podido inventar la carne sin carne, ¿cómo no vamos a hacer internet sin internet? (risas).
 - He sabido que hace poco matriculaste a tu hijo Teo en  un instituto preuniversitario y allí te encontraste unas normas oficiales escritas por los maestros en el pizarrón: “las hembras no usarán más de un par de aretes (...) Las sayas deberán tener un largo de 4 centímetros por encima de las rótulas de las rodillas. No se permitirán sayas ni pantalones pélvicos (...) Las hembras no usarán maquillaje. No se permiten pulsos, collares, cadenas ni anillos. Los atributos religiosos no podrán estar visibles. No se portarán MP3, MP4, celulares. Los varones no usarán aretes, presillas ni piercing (...) No se permite en los varones: el pelo largo, pintado, pinchos largos, ni figuras en el cabello (...) El cabello de los varones no debe exceder los 4 centímetros”. ¿Qué va a hacer Teo ante esa situación de represión medieval?
- Aunque sólo tiene quince añitos, nuestro hijo es el tipo más libre de la casa. Nunca le decimos lo que tiene que hacer, le dejamos a él la elección de seguir o no las normas de indumentaria y de corte de pelo escritas en la pizarra. Para que tengas una idea de quién es Teo: durante la ola de arrestos conocida como “la Primavera Negra”, tuvimos que contarle que a un amigo nuestro lo habían metido en la cárcel. Eso fue en el 2003, Teo tenía unos ocho años y nos preguntó por qué estaba en prisión nuestro amigo. Le contestamos que porque era un hombre muy valiente, y de pronto nos preguntó: “¿entonces ustedes están libres porque son un poco cobardes?”
- Los vecinos de tu edificio... ¿te apoyan, te evitan, te espían, se solidarizan contigo?
-Hay de todo... En primer lugar, es difícil plantar batalla cuando la persona que repara el ascensor de los 14 pisos es mi esposo. Reinaldo es el mago de este edificio, es el Mecánico del Ascensor. Así que tienen que llevarse mínimamente bien con él. Por otra parte, la gente aquí nos tienen mucha estima, siempre que tocan nuestra puerta para pedir cualquier cosa, nosotros los ayudamos, ellos tienen la experiencia del contacto con nosotros. Las inyecciones de paranoia que les han inoculado han funcionado hasta cierto punto, pero no pueden hacernos un acto de repudio, un mitin donde nos insulten, porque estamos acá arriba, y la concentración de las turbas sería allá abajo, en la calle, y, por tanto, no los oiríamos. Suponiendo que organizaran ese acto de repudio en el pasillo de nuestro piso catorce, tampoco sería efectivo, porque sólo seríamos testigos de esa repulsa nosotros tres, ya que el pasillo es estrecho y no cabe tanta gente. Entonces la parte teatral, la masividad, cuyo objetivo es que la gente en la calle vea y oiga el mitin de repudio, tampoco funcionaría. O sea, la escenografía política callejera, que tanto le interesa al gobierno, no funciona aquí con nosotros.
- En repetidas ocasiones te han invitado a recoger diversos premios internacionales, pero el gobierno no te deja salir de la isla. Hace poco me decías por teléfono: “creo que va a ser más fácil que México venga a mí antes que yo vaya a México”.  ¿Te gustaría venir a México?
-¡Claro! ¡Me encantaría! A México y a Argentina, porque son dos potencias culturales y literarias, a esos dos grandes países tengo que ir, sea como sea...

Así es un día en la vida de Yoani Sánchez.


(*) Publicado en la revista Día Siete, del periódico El Universal. México, 19 de septiembre del 2010